Muchas
veces tendemos a utilizar los términos "Conflicto" y
"Problema" como sinónimos. Pero veamos las diferencias:
CONFLICTO: es el
enfrentamiento o choque de posiciones antagónicas y recíprocamente excluyentes,
de dos o más personas o grupos, que puede resolverse positiva o negativamente.
PROBLEMA: es un
desvío con respecto a un objetivo o norma preestablecida y cuya causa es desconocida.
Si la causa es conocida deja de ser un problema y hay que tomar una decisión
que resuelva el mismo.
- TODO
CONFLICTO ES UN PROBLEMA.
- TODO
PROBLEMA NO SIEMPRE ES UN CONFLICTO.
¿Cómo surge un conflicto?
CAUSAS OBJETIVAS:
- Objetivos no definidos
claramente.
- Fallas en la comunicación: aunque vivimos en una sociedad
altamente informada, la comunicación está muy empobrecida, y, tratar
situaciones conflictivas demanda un esfuerzo de comunicación eficiente. La
falta de información en momentos de incertidumbre, provoca "MIEDOS",
y el miedo alimenta fantasmas que sólo desaparecen con buena información, con
comunicación abierta y transparente, aunque a veces lo que debamos decir y
escuchar no sea agradable. Es peor la desinformación que las malas noticias.
- Cambios bruscos de planes.
- Mala distribución de los recursos.
- Superposición de funciones.
CAUSAS SUBJETIVAS:
- Percepciones diferentes.
- Emociones.
- Competencia.
- Revanchismo.
- Antipatía.
¿Cómo se solucionan los conflictos?
Evitar o negar son dos posibles respuestas al conflicto que,
lejos de resolverlo lo acrecientan o posponen una decisión que se impondrá por
el sólo peso de la realidad.
Veamos los pasos a seguir para la resolución de los
conflictos:
Tipos de conflictos:
Conflictos Funcionales
Son aquellos conflictos que se presentan y son de intensidad moderada, que mantienen y, sobre todo, mejoran el desempeño de las partes; por ejemplo, si promueven la creatividad, la solución de problemas, la toma de decisiones, la adaptación al cambio, estimulan el trabajo en equipo, fomentan el replanteamiento de metas, etc. Otro ejemplo podría ser cuando en una empresa se decide el otorgamiento de un bono económico a la mejor idea que se presente para resolver un problema específico o para la creación de un lema para el Programa de Calidad de la Empresa. Solo un trabajador o un grupo de trabajadores podrá obtener el bono ofrecido si la propuesta es la más original y representa mejor los objetivos del Programa de Calidad.
Pertenecen a este grupo, los conflictos que posibilitan un medio para ventilar problemas y liberar tensiones, fomentan un entorno de evaluación de uno mismo y de cambio.
Son aquellos conflictos que se presentan y son de intensidad moderada, que mantienen y, sobre todo, mejoran el desempeño de las partes; por ejemplo, si promueven la creatividad, la solución de problemas, la toma de decisiones, la adaptación al cambio, estimulan el trabajo en equipo, fomentan el replanteamiento de metas, etc. Otro ejemplo podría ser cuando en una empresa se decide el otorgamiento de un bono económico a la mejor idea que se presente para resolver un problema específico o para la creación de un lema para el Programa de Calidad de la Empresa. Solo un trabajador o un grupo de trabajadores podrá obtener el bono ofrecido si la propuesta es la más original y representa mejor los objetivos del Programa de Calidad.
Pertenecen a este grupo, los conflictos que posibilitan un medio para ventilar problemas y liberar tensiones, fomentan un entorno de evaluación de uno mismo y de cambio.
Conflictos Disfuncionales
Existen conflictos que tensionan las relaciones de las partes a tal nivel que pueden afectar las severamente limitando o impidiendo una relación armoniosa en el futuro. Generan estrés, descontento, desconfianza, frustración, temores, deseos de agresión, etc., todo lo cual afecta el equilibrio emocional y físico de las personas, reduciendo su capacidad creativa, y en general, su productividad y eficacia personal. Si este tipo de conflictos afecta a un grupo le genera efectos nocivos que pueden llegar, incluso a su autodestrucción. Los conflictos disfuncionales o negativos, constituyen el campo de acción del conciliador.
Existen conflictos que tensionan las relaciones de las partes a tal nivel que pueden afectar las severamente limitando o impidiendo una relación armoniosa en el futuro. Generan estrés, descontento, desconfianza, frustración, temores, deseos de agresión, etc., todo lo cual afecta el equilibrio emocional y físico de las personas, reduciendo su capacidad creativa, y en general, su productividad y eficacia personal. Si este tipo de conflictos afecta a un grupo le genera efectos nocivos que pueden llegar, incluso a su autodestrucción. Los conflictos disfuncionales o negativos, constituyen el campo de acción del conciliador.
Los conflictos pueden darse entre:
- Conflictos entre jefes de departamento.
- Conflictos entre el jefe y sus subordinados (y viceversa).
- Conflictos entre personas de un mismo departamento.
- Conflicto entre el individuo y su trabajo.
Etapas del conflicto
El proceso
de conflicto se ve evidenciado en cinco etapas, las cuales son presentadas a
continuación:
·
Oposición o
incompatibilidad potencial: Se evidencia
las condiciones generadoras del conflicto: comunicación, estructura y variables personales.
·
Cognición y
personalización: En este
proceso una o más partes tienen el conocimiento de la
existencia de condiciones que crean oportunidades para que surja el conflicto.
·
Intenciones: Cuando
las emociones de las
personas intervienen en las percepciones personales del conflicto, se
evidencian en el humano que se toma una posición que apoya una de las partes
·
Comportamiento: Cuando el
conflicto es declarado abiertamente, se observa que los individuos presentan
diversos tipos de comportamientos: pueden incluir declaraciones, acciones, y
reacciones llevadas a cabo por ambas partes en conflicto.
·
Resultados: Luego de
resolver el conflicto encontramos los resultados, éstos pueden ser negativos o
positivos; entre ellos tenemos criticas constructivas, estimulación de la creatividad, la innovación, etc.
Administración del conflicto
han
identificado cinco métodos para manejar un conflicto que son los preferidos por
cada individuo de forma innata, pero al mismo tiempo cualquier persona puede
adoptar cierto estilo, dependiendo de la situación en la que se encuentre.
Estos estilos son:
a) Competencia: Los
ejecutivos que aplican este estilo tienen una postura fuerte operando desde una
posición de poder. En una emergencia, este método de conflicto puede ser útil.
Se aplica este estilo cuando un ejecutivo quiere comunicar una decisión impopular,
sin embargo, se debe tomar en cuenta que aplicar un método competitivo puede
tener como resultado tener empleados descontentos y alterados.
b) Colaboración: Los
ejecutivos que utilizan el método de colaboración tratan de satisfacer las
necesidades de todos los miembros del equipo que trabajan en el proyecto.
Aplicar este tipo de resolución de conflictos presupone que todos los miembros
del equipo sean asertivos, pero al mismo tiempo que se colaboren entre ellos de
manera efectiva. Los ejecutivos deben aplicar este método cuando quieran hacer
coincidir diferentes opiniones, para así obtener la mejor solución.
c) Avenencia: Los
ejecutivos que utilizan este método de conflicto tratan de satisfacer a cada
miembro del equipo. Este estilo presupone que cada miembro del equipo prescinde
de algo, incluso el ejecutivo mismo. Se debe tomar en cuenta que este estilo de
resolución es realizable cuando el costo de conflicto es alto y cuando hay un
plazo o fecha límite muy importante.
d) Acomodación: Los
ejecutivos tienden, en la mayoría de los casos, a evitar este método de
resolución de conflictos, porque este incluye una disposición de satisfacer las
necesidades de los miembros del equipo a expensas de las necesidades del
ejecutivo o de la organización. Este método consiste en abandonar una cierta
posición. Los ejecutivos lo aplican generalmente cuando una de las personas
involucradas es muy valiosa para la empresa.
e) Evasión: Los
ejecutivos que aplican este método tratan de evitar completamente el conflicto,
ya que es un signo de debilidad en el liderazgo y debe en muchos casos
evitarse. Sin embargo, este método se utiliza cuando se trata de un conflicto
trivial.
Negociación
Los conflictos forman parte de nuestras naturaleza humana y se encuentran
siempre presentes en todas nuestras actividades, pero son procesos que
deben de ser analizados y administrados. La negociación es una forma de
cómo resolver estos conflictos de una mejor manera, éste es un proceso
que requiere disciplina, meticulosidad, planificación, estrategias, emociones
y actitudes. Lo importante de la negociación es la importancia de la relación
y del resultado.
Con
la negociación obtenemos distintas pautas, estás nos ayudan a preparar la
negociación, centrarnos en los intereses y necesidades donde utilizamos
criterios objetivos cediendo ante las razones no ante las presiones y donde se
logra alcanzar un acuerdo. La persona que negocia debe ser flexible y debe
saber escuchar, no confía y chequea permanentemente los datos que debe manejar,
debe saber seducir, donde establece límites claros utilizando el humor y otros
factores que controlan las emociones para comunicarse de una mejor manera.
Para
saber cómo debemos afrontarnos a una negociación y de hacerlo de la mejor
manera posible existen distintas maneras o métodos para negociar:
Negociación
distributiva, son negociaciones con la que se pretende dividir una cantidad
fija de recursos; situación de ganar y perder.
Negociación
interrogadora, busca uno o más acuerdos que lleven a una situación en la que
todos ganen.
MAPAN (Mejor
Alternativa Posible a un Acuerdo Negociado), valor mínimo
aceptable para un individuo en la negociación de un acuerdo.
Las
negociaciones también pueden recurrir a terceros para así tener mejores
alternativas a soluciones de conflictos:
- Están los mediadores, tercero que facilita una solución negociada mediante razonamientos, persuasión y sugerencias de alternativas.
- El árbitro, tercero que tiene la autoridad para dictar un acuerdo en la negociación.
- El conciliador, tercero confiable que ejerce un vínculo de comunicación informal entre el negociador y el oponente.
- Y el consultor, tercero imparcial con destrezas de manejo de conflictos que trata de facilitar la solución creativa de un problema mediante la comunicación y el análisis.
Negociadores
El negociador, es aquella persona que posee la capacidad de resolver
problemas sin recurrir al conflicto. Su objetivo esta orientado a la
consecución de resultados favorables (intereses, objetivos, metas) mediante el
establecimiento de acuerdos en beneficio propio y/o de las partes involucradas
en el proceso de negociación.
En este sentido, el negociador se caracteriza por:
- Desarrollar o considerar alternativas de solución.
- Analizar la situación desde diferentes puntos de vista
- Plantear soluciones novedosas o creativas aceptables para ambas partes.
Para poder lograr lo anterior, el negociador debe poseer el conocimiento
sobre el proceso de negociación: etapas, estilos, estrategias y tácticas;
asimismo, debe tener un amplio conocimiento las fortalezas y áreas de
oportunidad de sí mismo y de la contraparte. Aunado a ello, ha de contar con
una serie de habilidades y actitudes que potencien su labor; entre ellas se
encuentran:
Habilidades y capacidades:
Comunicación efectiva. Le permitirá
comunicar de manera clara, directa, asertiva y respetuosa sus necesidades,
intereses y propuestas. Dicha comunicación requiere del uso de un lenguaje
acorde a la situación y persona con que se negocia; asimismo, el negociador ha
de tener presente su comunicación no verbal y el impacto que esta pueda tener
en su contraparte.
Escucha activa. Un buen
negociador sabe escuchar con todos sus sentidos y interrumpir a su
interlocutor, lo que le permite obtener mayor cantidad de información y
plantear propuestas considerando las fortalezas y áreas de oportunidad de
su contraparte.
Pensamiento estratégico. Este aspecto
contribuye al planteamiento de preguntas efectivas que le permitan obtener
información necesaria para argumentar y poder influir en el otro, obteniendo
como resultado el planteamiento de acuerdos.
Establecer relaciones interpersonales. El
establecimiento de relaciones con los demás, requerirá del negociador hacer uso
de sus recursos personales como la honestidad, confianza (en si mismo y los
demás) y empatía para poder generar un ambiente armoniosos, productivo y de
colaboración dentro de la negociación.
Actitudes:
Entusiasmo. Para que un
negociador pueda alcanzar su objetivo, requiere proyectar energía, interés y
ganas en el proceso de negociación. Para ello debe creer y confiar en su bien,
producto o servicio, para que de esta manera proyecte en el otro cierto
entusiasmo e interés por este.
Firmeza. El negociador ha
de conocer el valor de los aspectos que pone en “juego” durante el proceso de
negociación, así como también claridad de sus ideas y metas para evitar
concesiones que tengan un impacto negativo para él.
Flexibilidad. Implica el estar
abierto a múltiples situaciones y/o modos de actuación y adaptarse a las
circunstancias.
Responsabilidad. Entendida como la
capacidad para responder a las demandas situacionales dentro del proceso de
negociación.
Persuasión. Le permitirá al
negociador interactuar con interlocutor para llegar a un acuerdo compartido a
partir del planteamiento propuestas en las que la otra persona se sienta tomada
en cuenta. Por lo tanto, el negociador debe saber convencer con argumentos que
apropiados que despierten el interés del interlocutor.
Honestidad consigo mismo
y el otro. No debe recurrir al engaño ni al incumplimiento de los acuerdos.
Paciente. La negociación
implica una inversión de tiempo que debe ser considerada para poder llegar a
acuerdos.
Para lograr una negociación exitosa se ha de considerar además de las
características y estilos (orientado a resultados, orientado a personas) del
negociador:
- El espacio en el cual se ha de efectuar la negociación; este ha de ser un lugar neutral y seguro para ambas.
- El tiempo. Ninguna negociación se debe apresurar ya que ello repercutirá en los resultados obtenidos.
- Estrategia ha utilizar. La estrategia es la línea de acción que conducirá el proceso de negociación y estará en función del tipo de negociación que se ha de desarrollar (ganar-ganar, ganar-perder). Para que la estrategia cumpla con su objetivo se debe preparar, planificar y desarrollar.